El Rubí, la gema más valorada del mundo
El rubí ha sido la gema más valorada mundialmente desde la antigüedad. De hecho, los rubíes son hoy en día más valiosos y raros que el más puro de los diamantes. Así en 1988, un rubí de 13 kilates se vendió en una subasta de Sotheby’s por 227.300 dólares el quilate, y en mayo de 1995 un anillo de rubí de 16 quilates se vendió por cuatro millones de dólares en Sotheby’s de Ginebra. En cambio 8 diamantes con calidad D-IF de más de 50 quilates fueron vendidos a lo largo de los últimos 12 años y el más grande, uno con forma de pera de 102 quilates alcanzó 125.000 dólares por quilate.
El rubí pertenece a la familia de los corindones de los cuales todos los colores excepto el rojo son conocidos como zafiros, lo cual ha creado cierta controversia acerca de donde termina el rubí y donde empieza el zafiro, particularmente en los tonos rosa.
Escoger un rubí
El factor más importante en el valor de un rubí es el color. Las mejores calidades son tan rojas como usted puede imaginarse. Después del color, otros factores que influyen en el valor de un rubí son la claridad, la talla y el tamaño.
Los rubíes que son perfectamente transparentes, sin ninguna pequeña inclusión, son más valiosos que aquellos cuyas inclusiones se ven a simple ojo. La talla puede representar una gran diferencia en la apariencia de un rubí en cuanto a atractivo y vida.
Una piedra bien tallada debe reflejar una luz de fondo uniforme en toda la superficie sin ninguna área oscura o indeleble en el centro, lo cual puede resultar de una piedra que es muy profunda o muy plana.
La forma también debería ser simétrica, y no debe haber ninguna cortadura ni rasguño en el pulido. Las piedras más grandes tienen precios muy elevados debido a su escasez.